Hay muchas formas de entender los presupuestos municipales.
Sin duda, una de ellas es entender los presupuestos municipales como un arma política, presionando a los técnicos para imponer criterios nada realistas que llevan a sobredimensionar los ingresos.
Como ejemplos tenemos las múltiples alertas de Bruselas a nuestros gobiernos centrales y autonómicos por la elaboración de presupuestos con previsiones de ingresos completamente artificiales. ¿Por qué ocurre eso? Porque ningún político quiere ser el que tenga que decir a sus ciudadanos que se va a recaudar menos y que se van a tener que recortar estas u otras partidas.
¿Cuál es la alternativa? Desde nuestro punto de vista sólo caben la eficiencia y el realismo.
Para Vecinos por Torrelodones, los presupuestos son una herramienta de gestión al servicio de los ciudadanos. Los Presupuestos no son un fin (como algunos quieren hacer ver), sino un medio.
Los presupuesto son un ente vivo: nacen de un planteamiento inicial, pero se van ir adaptando después al día a día: la incorporación de remanente del ejercicio anterior, las necesidades no detectadas inicialmente, las modificaciones normativas…
Así hemos venido trabajando a lo largo de los últimos años y así lo seguiremos haciendo. Partimos de un presupuesto inicial que elaboramos siguiendo los estrictos criterios técnicos de previsiones de ingresos y cumpliendo escrupulosamente lo que la legislación actual nos permite.
Una vez aprobado, entramos en la realidad del día a día, en ese equilibrio que impone el sentido común y que permitirá que cubramos las necesidades de nuestros vecinos, mejoremos las infraestructuras de nuestro pueblo y, al tiempo, mantengamos saneadas nuestras cuentas, sin deuda y sin déficit.
Y ya que hablamos de déficit… Algunos habréis escuchado a la oposición hablar del superávit de este Ayuntamiento como si eso fuese un anatema o algo de lo que hubiera que huir como de la peste.
Que nuestro ayuntamiento tenga superávit es el resultado lógico de una gestión responsable como la que Vecinos por Torrelodones lleva realizando desde que gobierna.
Simplificando
Tener superávit no significa que podamos disponer de los fondos de forma indiscriminada. Con la legislación actual, si un Ayuntamiento incurre en déficit pasa a estar intervenido por el Ministerio de Hacienda y obligado a elaborar un plan de ajuste.
Entonces, habría que tender al equilibrio, ¿no? Es fácil decirlo, pero como explicaba nuestro anterior concejal de Hacienda, Luis Collado, en un post de 2015, irrealizable a todas luces.
Dado que los ingresos pueden verse reducidos o retrasados (menor recaudación de la prevista, cambios normativos o retrasos en los pagos por parte de los contribuyentes) pero la Administración tiene una obligación de pago en los días que marca la Ley, cualquier pequeña desviación en un presupuesto excesivamente ajustado nos llevaría al punto anterior: déficit y, por tanto, a la intervención.
Por lo tanto, el superávit no es más que el resultado lógico de aplicar la prudencia y el sentido común. Y es que además, ese superávit no desaparece, sino que puede incorporarse al siguiente ejercicio para determinados proyectos.
Sin ataduras
Cuando desde algún grupo de la oposición utiliza el superávit como un ataque, o se acuse a VxT de realizar constantes modificaciones en el presupuesto a lo largo del año, debe entenderse que ese es el lógico obrar de quien no tiene ataduras políticas y sólo busca el bien de nuestro municipio, que es el resultado de haber presupuestado con sensatez y prudencia y de ir adaptando los presupuestos a la realidad de forma constante.
Lo dijo nuestra actual concejala de Hacienda y Personal, Ana María Núñez, en su intervención en el pleno de presupuestos del pasado 9 de enero: “Nuestra forma de hacer política viene determinada por una gestión adecuada, racional y responsable de los recursos de los que dispone este Ayuntamiento. Huimos de falsas o irrealizables promesas que puedan hipotecar el futuro de nuestros conciudadanos (…). Se trata de cumplir los compromisos que hemos adquirido con nuestros vecinos, aplicando el sentido común, respetando las normas, siendo honestos y ejerciendo la responsabilidad que nos ha sido asignada. Creemos firmemente que la clave del éxito en la política municipal es la gestión, el buen gobierno, más allá de ideologías”.
