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Vecinos por Torrelodones, como partido exclusivamente local e independiente, decidió no tratar en los plenos aquellos temas que se apartaran del ámbito estrictamente municipal, y no utilizar nuestra pequeña cuota de poder para otros menesteres para los que no se nos ha dado ninguna encomienda por parte de los ciudadanos. Sin embargo, como partido político formado por personas con sensibilidad y que siente vergüenza por lo que nuestros representantes comunitarios han decidido sobre los refugiados, no queremos dejar de expresar nuestro sentir.
Por ello, manifestamos nuestra más absoluta repulsa al acuerdo suscrito entre la Unión Europea y Turquía para sellar la ruta del mar Egeo mediante la devolución exprés de refugiados a cambio de 3.000 millones de euros, acuerdo defendido por el presidente del gobierno español en funciones. De esta manera queremos unir nuestra voz a todos los que están alzando la suya (partidos, iglesias, asociaciones, colectivos, instituciones, ONGs y personas particulares) contra la aplicación de este acuerdo, que no resuelve el problema, prolonga el sufrimiento de seres humanos, destroza sus esperanzas y desplaza sus rutas de huida favoreciendo a quienes se lucran de esta situación.
Con independencia de que sea un acuerdo políticamente inaceptable y de los convenios que pudiera incumplir, como personas de a pie consideramos que es sobre todo un acuerdo inmoral. Proteger nuestros derechos y libertades a costa de humillar, maltratar y abandonar a otros seres humanos supone un coste moral que consideramos inadmisible. De “la Europa sin fronteras” se ha pasado a la de las alambradas y concertinas, a la par que nuestros representantes comunitarios han decidido deshacerse del problema y trasladarlo a Turquía a cambio de dinero, sin que haya quedado claro qué va a ser de los deportados cuando vuelvan al lado turco.
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Los refugiados que llegan a Grecia son personas que lo han perdido todo y huyen de la guerra, el horror o la persecución. La única esperanza que les queda es empezar de cero en otro lugar lejos del suyo. No son las frías cifras de las que se habla desde los palacios y los hemiciclos, son personas (mujeres, hombres, niños, ancianos, discapacitados, muchos de ellos enfermos) que más que caridad precisan dignidad. Ahora parece que tendrán que elegir entre algo horrible o quizá algo peor.
Al «cementerio de los ahogados» en la isla de Lesbos van a parar los cadáveres recuperados de los que se dejaron la vida en el Egeo. Es un descampado recóndito donde una placa recuerda la fecha en la que fueron recuperados. En algunas placas figura también su nombre, en otras solo pone “hombre” o “mujer”. A otros muchos se los ha tragado el mar. Mientras, se ha comenzado a devolver a Turquía a los que sobreviven. Qué dirán las futuras generaciones sobre la nuestra cuando visiten ese cementerio. Y, sobre todo, qué decimos nosotros ahora sobre nosotros mismos. La historia sin duda nos pasará factura.
Por todo lo anterior, rogamos y exigimos a nuestros representantes políticos, europeos y españoles, que tomen decisiones valientes, que devuelvan la dignidad a los refugiados, que les miren a la cara, que les traten como a personas, que les escuchen y que no les abandonen.
Todo ser humano merece un trato humano. Por eso nosotros queremos que Torrelodones sea un pueblo de acogida.
