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La Ley 2/2012 de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera exige que ninguna administración pública pueda incurrir en déficit estructural, es decir, que los gastos  superen a los ingresos, con el objetivo de reducir los déficits públicos hasta llegar al déficit presupuestario “cero” y limitar de esta forma la utilización del déficit público como instrumento de política económica. Esto de las cuentas municipales tiene mucho más intríngulis de lo que muchos se piensan.
La frase simple de “si hay superávit, gasten más” no encaja ni con la realidad ni con la reglamentación por lo que encierra grandes dosis de desconocimiento contable como legislativa. Tampoco se puede acudir al simplismo de “si hay superávit, bajen impuestos” porque, aunque lo hemos hecho dentro de unos márgenes que nos aseguren no entrar en situación de déficit (reduciendo el IBI del 0,46 al 0,43, muy cerca ya del mínimo del 0,40 que fija la Ley), la realidad es que los superávit se han producido por ingresos adicionales no previsibles al inicio del ejercicio.
Cierto es que Torrelodones logró en 2014 unos ingresos mayores (3,4 millones más de lo presupuestado) pero la realidad es que una parte de los mismos se deben a los 1,4 millones de plusvalías por encima de las previstas y a los 1,85 millones de aportaciones para el paso inferior de la A6. No nos equivoquemos, lo que son los ingresos estables del Ayuntamiento están globalmente muy ajustados al presupuesto de gastos, o lo que es lo mismo: ni nos sobra dinero ni recaudamos mucho más de lo que podemos gastar.
Podría pensarse que es fácil para un ayuntamiento gastar por encima de lo que ingresa. De hecho, muchos ayuntamientos de nuestro país se encuentran en números rojos y con pocas posibilidades de salir de ellos a medio plazo por el desorbitado nivel de sus gastos, llevándolos a la situación de quiebra. Es fácil jugar con el dinero ajeno. En Torrelodones preferimos ahorrar durante el ejercicio y una vez hechos los ajustes correspondientes en términos de liquidez, emplear esos ahorros en invertir o cancelar deuda al ejercicio siguiente sabiendo que los fondos son líquidos. Como cualquier ciudadano responsable hace con su propia economía doméstica.
Por otra parte no podemos olvidar que gobernamos en minoría y que, por lo tanto, muchas inversiones no las hemos podido ejecutar  básicamente por el bloqueo de la oposición en el pleno a aprobar las modificaciones necesarias para poder sacarlas adelante. Es decir que, aunque somos conscientes de que hay muchos gastos e inversiones necesarios, no siempre las podemos acometer, lo que limita parcialmente la capacidad para ejecutar la totalidad del presupuesto.
Tampoco era posible, a priori, agotar totalmente el presupuesto de 2014, ya que fue necesario limitar los gastos para ajustarlo a la ley antes citada. Es decir, el equipo de gobierno no tiene como objetivo agotar el presupuesto, sino liquidarlo cumpliendo los principios de estabilidad y regla de gasto.
El primero trata de asegurar que los gastos se ajustan a los ingresos que efectivamente se pueden recaudar de forma líquida. Esto permite garantizar, no solamente que los ingresos cubren los gastos, sino también que esos ingresos son líquidos y permiten pagar en plazo a los proveedores, una vez se realiza el gasto. Así pues, la moderación presupuestaria y el ajuste del gasto a la recaudación ha permitido mejorar sustancialmente la liquidez de la hacienda local y cerrar el cuarto trimestre de 2014 con un periodo medio de pago a proveedores de 27 días, 3 menos de lo establecido por la ley.
El segundo principio, relativo a la regla de gasto, supone una limitación que fija el Consejo de Ministros para impedir que las obligaciones que contrae el Ayuntamiento se incrementen por encima de un porcentaje, en el caso de 2014 el 1,5%. Y también este requisito los hemos cumplido.
Debemos sentirnos orgullosos de haber liquidado el presupuesto del pasado año con unos ingresos de 29,5 millones de euros y unos gastos de 23,7 millones. Aunque la diferencia pueda parecer excesiva, la realidad es que después de los ajustes contables legalmente establecidos la liquidación arroja un resultado presupuestario de 3,7 millones de euros. Además, una vez descontados, entre otros, aquellos ingresos que previsiblemente no se harán efectivos por resultar de dudoso cobro, la realidad es que el remanente de tesorería del Ayuntamiento se limita a 3,4 millones.
El ayuntamiento cuenta así con esta cuantía para incorporar al presupuesto y efectuar gastos a lo largo de 2015, una vez se realicen las modificaciones presupuestarias que lo permitan, tratándose además de fondos líquidos que aseguran el pronto pago a los proveedores.
Las cuentas son claras y dada el elevado nivel de transparencia del Ayuntamiento se pueden consultar al detalle, averiguando el origen del citado superávit.
http://www.torrelodones.es/presupuestos-municipales
En definitiva, Vecinos por Torrelodones va a cerrar la legislatura con 4 años consecutivos de superávit que nos han ayudado a reducir la deuda y a acometer inversiones que, de otro modo, no se hubiesen podido abordar, cumpliendo con la reglas de estabilidad y gasto.
Y nos sentimos profundamente orgullosos de ello.
ILUSTRACIÓN: extraída de http://mexicoysusinstituciones.blogspot.com.es/

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