El jazz más español

El jazz más español se escribe con T de Torrelodones. En otras circunstancias, este mes de mayo debería lucir un gran cartelón desplegándose sobre la fachada de la Casa De Cultura, la imagen ya icónica de una trompeta imposible anunciando la llegada de un gran acontecimiento musical “Made in Spain”

Hace tres años que comenzaba nuestro festival de Jazz y, ya en su primera edición, una columna de la revista La luna de Metrópoli auguraba un futuro prometedor para este gran proyecto: “Nadie dijo que la modestia era incompatible con la dignidad y este festival que ahora nace tiene orgullo y magníficas intenciones. Ojalá esta cita venga a cubrir un espacio, ya no solo valioso, sino necesario”.

El jazz más español

Era solo el punto da partida de un festival en la que sus creadores entendieron perfectamente lo que es el jazz, un híbrido desde el principio y mientras exista, una música viva en continua evolución que va contra todos lo academicismos, susceptible de continuas revisiones, un auténtico arte y la matriz de prácticamente todas las músicas que escuchamos hoy. Así, cada año se programan ampliaciones estilistas de cartel, acercándose por ejemplo al rock, pero manteniendo la apuesta por la sección más ortodoxa del género. Así lo volvía a recoger la misma revista en la segunda edición.

Nuestro festival es una exploración de la evolución de jazz en nuestro país, a través de la creatividad y experimentación musical de grupos emergentes y consagrados, y que ha ido creciendo año a año, haciéndolo más didáctico, incorporando actividades paralelas como exposiciones, conferencias, talleres para niños, big bands…

O colaboraciones con la Sala Babel donde profesores y alumnos de la Escuela Municipal de Música se encuentran para experimentar el arte de la improvisación, a través de jam sessions, creando música en el mismo momento que la estamos escuchando, haciendo más grande, si cabe, este género musical.

Homenaje al jazz más español

 

 

Mientras soñamos con el momento en que la mencionada trompeta laberíntica agite el aire de nuevo para anunciar la cuarta edición de nuestro festival más ecléctico, queremos agradecer a la concejalía de cultura el inmenso trabajo para convertir nuestro municipio en un referente musical, y el Teatro Bulevar en un templo donde cabe todo tipo de música:  flamenco, clásica, tango, música antigua, rock, música de autor y, por supuesto, jazz.

Queremos mostrar nuestra pasión por este festival a través de sus imágenes, porque el jazz no es solo música. Este es nuestro pequeño homenaje.

Jazz y fotografía han mantenido siempre una estrecha relación. Ya desde la época dorada del jazz de los años cuarenta y cincuenta, la fotografía ha sido testimonio de la magia y la naturalidad que destilaban los clubes de entonces.

El fotógrafo es un componente más de la banda que crea su propia música para los ojos, que juega también con la improvisación utilizando la luz de los focos como herramienta para expresar la emoción y el arrebato del directo.

Os presentamos aquí una pequeña muestra de algunos de los momentos que tuvimos la fortuna de disfrutar en noches de jazz de nuestro municipio. Dejemos esta vez que las imágenes marquen el ritmo de la música.

Quien se aficiona al jazz eleva, con su actitud, el nivel de los sonidos que nos rodean, es decir, el nivel musical, lo que significa el nivel espiritual, intelectual y humano: el nivel de la conciencia. Joachim-Ernst Berendt

Larga vida al jazz en Torrelodones.

El jazz más español


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