Hace algunas semanas, celebramos la hora del planeta como cada año desde que se creara esta iniciativa en 2007, aunque esta vez, por la presente circunstancias, tuvo que hacerse de manera digital aunque asistimos al apagón de todas las luces de los centros municipales de Torrelodones.
Desde que Vecinos por Torrelodones llegó al consistorio, el municipio se suma cada año a esta acción nacida para llamar la atención sobre el problema del cambio climático. Un sencillo gesto que se traduce en apagar las luces de edificios y monumentos públicos durante una hora de este día concreto del año (se han llegado a apagar más de 17.000 edificios oficiales en todo el mundo). Se trata del mayor movimiento mundial para llamar la atención contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
Esta pequeña acción, que tiene más de símbolo que de eficiencia, no debería quedarse únicamente en eso. La concienciación tiene que ser general y, además, diaria, con el único fin de poner en evidencia el riesgo en el que estamos inmersos como especie.
La hora del planeta es una acción consensuada entre ciudadanos, empresas, instituciones y ayuntamientos y en el que todos jugamos un papel fundamental. Algo que empezó con un pequeño gesto, se ha ido extendiendo por todos los países y, lo que es más importante, entre todas las generaciones.
2021 año clave
Pero este año, además, es un año muy especial para la protección de nuestro planeta. Se van a celebrar dos citas clave para intentar llegar a un punto de no retorno a nivel mundial en el que seamos capaces de marcar las líneas generales para transformar la interacción de los hombres con la naturaleza con el objetivo temporal 2050. En octubre, se reunen en Kunming (China) los líderes de los principales países del mundo en la 15ª cumbre sobre la biodiversidad (retrasada desde octubre de 2020 por la pandemia), y la Cumbre sobre el clima se celebrará en noviembre en Glasgow (Inglaterra), una de las citas más importantes desde el Acuerdo de París.
Muchas reuniones y muchas negociaciones anteriores nos han traído hasta aquí, con más errores que aciertos, posiblemente, pero si algo queda en nuestra memoria es que la concienciación es parte de nuestra realidad y que con pequeños pasos también se avanza.
Y los gobiernos municipales tienen mucho que hacer al respecto. Decía Goethe: “si cada uno limpia su vereda, la calle siempre estará limpia”. Creámoslo y sigamos avanzando en pro de un mundo más equilibrado, más sostenible y más justo.