Vecinos por Torrelodones

Basura, basura, basura… La economía circular, aquella que habla de la necesidad de recuperar lo que es recuperable, parece haberse perdido en el abismo del consumismo confinado y un poco dislocado consecuencia del encierro por la Covid. Torrelodones ha trabajado por construir un sistema de recogida de basuras eficiente, rápido y lógico para la población […]

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Basura, basura, basura… La economía circular, aquella que habla de la necesidad de recuperar lo que es recuperable, parece haberse perdido en el abismo del consumismo confinado y un poco dislocado consecuencia del encierro por la Covid.

Torrelodones ha trabajado por construir un sistema de recogida de basuras eficiente, rápido y lógico para la población que somos. Ha luchado contra los/las insensibles e incívicos/as quienes ignoran que la limpieza de la ciudad es responsabilidad de todos/as. Se han promovido campañas -con grandes defensores y enormes detractores- de concienciación; se ha ampliado el presupuesto para la contrata con la empresa proveedora; se ha creado un canal de comunicación directo entre vecinos/as y los servicios de recogida para que, en un máximo de 24 horas, los puntos denunciados fueran inmediatamente limpiados.

Pero no, no ha habido forma. Los seres humanos somos así de contradictorios. Queremos una ciudad limpia, pero no estamos dispuestos a hacer nada para que la ciudad esté limpia. Como si de un número de prestidigitador se tratara, tiro la basura a cualquier lado y ¡milagro! ya no está, ha desaparecido. Es la magia del concepto: “Yo pago mis impuestos. Limpiad, malditos, limpiad”.

 

¿Cómo acabar con el incivismo?

 

Llega un momento en la que ni la gestión, ni la creatividad, ni la buena voluntad, ni el castigo, ni nada sirve para mucho. Y ojo, que lo que hacen unos cuantos no debe ser extrapolable al todos. ¿Cómo acabar con el incivismo basuril de una parte de la población de Torrelodones?

Esta pregunta no es propiedad de Torrelodones. En muchos municipios, ciudades, pueblos… se encuentran con el mismo problema. ¿Mal de muchos, consuelo de tontos? La lástima es que siendo Torrelodones uno de los municipios más ricos de España, con un elevado índice de educación y formación, estemos, nuevamente devanarse los sesos para descubrir de qué forma concienciar al ciudadano de que no puede tirar la basura a la calle.

Hace unas semanas hablábamos del vandalismo y de la mentecatez de los que pintarrajean las paredes, mobiliario urbano y sañalítica del municipio en una estupidez que nos cuesta a todos más de 30.000€ al año. Ver los cubos de basura vacíos y las bolsas tiradas a sus pies, no nos hace muy diferentes del memo/a del rotulador o del spray. ¿Habrá ciudadanos/nas interesados/as en que las cosas vayan mal en Torrelodones? No nos caben más preguntas para las que nos van faltando respuestas.

No puede haber una máquina limpiadora detrás de los casi 24.000 habitantes que tiene Torrelodones. La solución es tan fácil que asusta: no tire la bolsa fuera del contenedor; si encuentra el contenedor lleno, vuelva a casa con su bolsa; no deje cajas fuera de su contenedor, desmóntelo y métalas dentro. Transmita esta información a todos los miembros de su familia, incluidas las personas que ayudan en casa… No deje los restos de las podas apiladas en el contenedor. Llame al servicio de recogida de éstas. Y no olvide decírselo a sus jardineros, a veces – demasiadas, quizás- se les olvida. Recoja la mierda de su perro; es su perro, es su mierda.

ciudades de basura, basura de ciudades

¿La Covid afecta también al entendimiento?

 

El largo confinamiento ha provocado un importante incremento de las compras online y del consumo de alimentos en las viviendas. Conscientes de ello, los responsables de Medio Ambiente del Ayuntamiento han aumentado el servicio de recogida de basuras y de mantenimiento, pero el resultado no está en línea con el esfuerzo. No es la primera vez que vemos a algún/a personaje bajarse del coche y sacar media casa de basura, cajas, mobiliario y demás para dejarlos tirados al lado de un contenedor. Llega silencioso/a, vigilante, mirando a un lado y a otro para no ser detectado. Y, como si no fuera con él/ella, arroja sin miramientos toda su basura en la calle para el escarnio de los demás ciudadanos que sí queremos una población limpia.

Ciudades de basura, basura en las ciudades

¿Qué hacer? Llevamos semanas debatiendo internamente las soluciones. No encontramos un quorum más allá de contratar a una persona que nos siguiera para ir limpiando lo que vamos ensuciando. Total: 23.717 sombras. Acabaríamos con el paro en el municipio. No habría otra cosa que hacer: tú ensucias, otro limpia. Sería un buen cuento distópico. O tal vez, por qué no, rodearnos de cámaras vigilantes en todos los rincones, en cada cubo, en cada esquina, como si de un gran hermano se tratara…

 

Hasta aquí las bromas, vecinos, vecinas

 

Se supone que somos una sociedad adulta, capaz de usar nuestro libre albedrío de una forma coherente y sensata. Si nuestra mayor preocupación para con nuestro municipio es su limpieza, empieza por ti mismo. Si no, tal vez podría ser interesante que dejarais en este espacio vuestras sugerencias porque las nuestras están llegando a su fin. Y esto da vergüenza.

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