Política cultural en Torrelodones

En esta ocasión, queremos volver a hablar de política cultural en Torrelodones. El único artículo de la constitución (art 44) que se refiere explícitamente a la cultura dice que “los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura”. Sin embargo, la cultura nunca es un elemento de campaña ni debate electoral, y los presupuestos destinados a ella caen continuamente.

Ante este escenario de banalización de toda manifestación cultural que nos ha llevado a trivializar lo importante, y que se refleja en nuestra sociedad, las entidades locales y ayuntamientos deben reaccionar.

El dinero público debe servir para hacer ciudadanos, y son los ayuntamientos, con una política de proximidad y la competencia de sus concejalías, quienes tienen una clara oportunidad de dar acceso a la cultura a través de una oferta amplia y de calidad.

La política cultural siempre será objeto de debate en cuanto a prioridades, y se debe resolver distinguiendo entre los valores de peso (como el empleo o la vivienda) y los valores de altura (como la educación, la cultura o el arte). No se debe demorar el fomento los valores de altura con la excusa de que no están cubiertos los de peso. Una buena política debe atender ambas simultáneamente porque, como apunta el filósofo Javier Gomá, son los valores de altura los que hace la vida digna de ser vivida y prestan sentido existencial a los primeros.

Estrategia de política cultural en Torrelodones

 

 

Una buena estrategia de política cultural, por un lado,  debe ayudar a que los profesionales transmitan el lenguaje de la expresión cultural y artística de forma divulgativa para que la gente disfrute de ella y sea más libre.

Por otro lado, se deben fomentar políticas de colaboración y participación a través de estímulos que desarrollen la creatividad de sus ciudadanos, despertar la curiosidad a través de la emoción estética y dar oportunidades para pensar.

Vecinos por Torrelodones tiene muy claro que esto se ha de fomentar desde el mismo colegio, acercando el teatro, la música, el cine, la literatura, el arte o la tecnología… a los niños, por ejemplo, de la mano de los propios dramaturgos, músicos, cineastas, escritores, artistas o científicos. La política debe ayudar a convertir la cultura en algo cotidiano y de todos, solo así conseguiremos ser personas que conformen su propio criterio, en definitiva, personas más completas.

Hemos apostado desde el principio en la cultura como inversión social, con una programación diversa y de calidad que abarque todas las disciplinas. Y debemos continuar ampliando la mirada con un desarrollo transversal buscando sinergias, no solo con otras concejalías, sino también asociaciones culturales, jóvenes, colegios, institutos, artistas, poniendo en valor nuestro patrimonio local, haciendo de la cultura el eje vertebrador de nuestra política.

Cultura como retorno social

 

 

La cultura no puede estar siempre bajo la servidumbre de la rentabilidad económica. Por ello, se han de hacer también políticas con las empresas buscando un retorno más allá del económico, un retorno social a través del acercamiento del arte y la cultura, contribuyendo a generar un tejido cultural que seguro ayudará a dinamizar sus negocios.

La cultura debe darnos una dimensión crítica a través del conocimiento, que nos hagan más inteligentes y tolerantes, especialmente en estos tiempos en que afloran voces populistas haciéndonos creer que son propietarios de la verdad oficial y única;  y también una dimensión estética de la vida que nos hagan personas más sensibles y solidarias. Solo así conseguiremos, no solo ser ciudadanos críticos, sino alcanzar un objetivo superior: ser ciudadanos gozosos.

Como bien decía Friedrich Schiller, “Quien no se aventura a elevarse por encima de la realidad, jamás conquistará la verdad”.

Publicaciones relacionadas