Si nos preguntamos cuánto tarda en ser efectiva una campaña de concienciación ciudadana, la respuesta más simple sería afirmar que entre de inmediato y nunca. Depende del momento, de la tendencia, del público implicado, de los medios utilizados y de un largo etcétera que no resulta fácil de definir. Pero… ¿quiere decir eso que debemos dejar de hacerlo a pesar de que resulta preciso concienciar a los vecinos sobre los problemas que surgen y acucian a la ciudadanía: muertes por accidentes de tráfico, violencia doméstica, igualdad de género, reciclaje, cuidado del Medio Ambiente…? Todos estos temas eran entre irrelevantes y superfluos hace apenas 20 o 30 años.
¿Entonces eran un problema? Probablemente sí, pero no se era consciente de ello.  Así que cualquier administración que se precie, cuando no es la propia sociedad quien lo demanda, debe poner manos a la obra e iniciar el proceso: concienciación, educación y sanción.
Lo primero es concienciar, poner de manifiesto el problema y su magnitud, llegando a la mayor cantidad de ciudadanos posible. Es necesario cuidar el Medio Ambiente si no queremos destruir nuestro planeta en un tiempo más breve del que imaginamos; el número de muertes por accidentes de tráfico en Europa triplica en un año el total de muertes de la guerra en la antigua Yugoslavia, y es la primera causa de fallecimiento en nuestro continente.
Después vendrá la labor educativa: qué hay que hacer para corregirlo, para impedirlo, para colaborar (cinturones de seguridad, límites de velocidad, obligatoriedad del reciclado, plantas de compost, etc.); y la sancionadora: la persecución y multa de aquellos que no cumplen.
Pero sin duda la más importante es siempre concienciar. Si no somos capaces de transmitir la magnitud del problema, de que los ciudadanos se conciencien del problema, será imposible solucionarlo, ni siquiera llegaremos a la siguiente fase. Por eso resulta indispensable la colaboración de todos y no solo de la publicidad: políticos, administraciones, medios, ONGs, etc.
¿Quien no recuerda ciertas campañas?. La Dirección General de Tráfico (creada en 1959) fue el primer organismo que hizo un anuncio en televisión, fue en 1961. En 1964 realizó la primera campaña de publicidad. La primera gran campaña mediática tuvo como protagonista a Stevie Wonder y su famoso «Si bebes no conduzcas». Pero hasta 1990 no comienza a disminuir el número de accidentes de tráfico: 7.000 en 1990 y menos de la mitad el año pasado. Un lento goteo de 30 años de campañas de concienciación y de educación nos han permitido salvar miles de vidas.
Hace cinco o diez años los excrementos caninos no eran un problema ni de limpieza ni de salubridad, ni de imagen o estética. Bastaba con que los perros hicieran caca en un alcorque o en medio de la acera, y si alguien la pisaba… ¡era símbolo de buena suerte! Hoy, cada vez más, vamos tomando conciencia. La campaña de la caca gigante en Torrelodones (solo en nuestro municipio, las 6.000 mascotas registradas, generan media tonelada de excrementos diarios) es un claro ejemplo de la importancia de la concienciación.

¿Cuánto tardaremos en salir a la calle como los vecinos de Tokio, con una bolsa para recoger el excremento, una botella de agua y un pañuelo de papel para limpiarlo después? Pues si seguimos trabajando en la concienciación y la educación esperamos que muy pronto.
 
 
 
 

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