Vecinos por Torrelodones

Hoy queremos hablar de nosotros; queremos profundizar en este estado que es ser Vecino por Torrelodones. A veces se nos critica por carecer de ideología, algo cierto aunque impreciso. Cada uno tenemos la nuestra y única pero sí creemos que tener ideología -como generalmente se entiende- es en cierto modo delegar la inteligencia: no necesito […]

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Hoy queremos hablar de nosotros; queremos profundizar en este estado que es ser Vecino por Torrelodones. A veces se nos critica por carecer de ideología, algo cierto aunque impreciso. Cada uno tenemos la nuestra y única pero sí creemos que tener ideología -como generalmente se entiende- es en cierto modo delegar la inteligencia: no necesito pensar porque otros lo hacen por mí. Sin embargo, la realidad es compleja y cambiante, y una realidad cambiante requiere soluciones cambiantes. La sociedad ha avanzado mucho más rápido que las ideologías. Sin embargo, la inteligencia, la bondad, la generosidad, la honradez, el sentido del trabajo o el sentido común no pertenecen a ninguna ideología, son de la gente, son de todos. Por eso en Vecinos por Torrelodones creemos más en los principios y en los valores éticos que en los ideológicos. La ideología enfrenta (‘los míos son los buenos; los otros, los malos’), la ética une. La ideología tiene cierto halo de pertenencia; la ética da la razón a quién la tiene, no al que la grita. Es cansino ver como una cosa es buena o mala, se aplaude o se critica, dependiendo de si la hacen los tuyos o los otros. Tendría entonces que definirse así la ideología como conjunto de ideas o pensamientos solidificados y blindados a cualquier otro pensamiento o idea.
Creemos que en los partidos de siempre se suple la falta de ideas con ideología. Por el contrario, nosotros suplimos la falta de ideología con ideas. En este sentido, eso de izquierdas o derechas nos chirría un poco. El eje derecha-centro-izquierda es un espacio lineal que nos parece muy estrecho, arcaico. Nos gusta mucho movernos en un espacio de más dimensiones, donde no todo es blanco o negro, bueno o malo, derecha o izquierda, arriba o abajo.
Creemos en la infinidad de matices existentes y es entre ellos donde suele situarse la realidad de las cosas. Huimos de pensamientos únicos, de dogmas, de ideas preconcebidas, de disciplinas de partido y de supeditaciones a consignas que vengan de arriba o del más allá. Respetamos las creencias, los ideales y las convicciones que tenga cada cual; a la hora de abordar las cosas preferimos basarnos en lo tangible, en el conocimiento, en los hechos, en los datos y en las realidades cotidianas. No apostamos por verdades absolutas. La duda razonable, la autocrítica, el análisis y la posibilidad de equivocación y rectificación forman parte de nuestro lenguaje, de nuestro ADN. Ante cada pregunta o problema buscamos respuestas, soluciones a través del debate, el sentido común, el razonamiento o la lógica, huyendo de respuestas precocinadas o estandar.
En Vecinos por Torrelodones partimos de la convicción de que toda empresa humana prospera y tiene éxito en función del esfuerzo, trabajo, imaginación y de aprovechar la diversidad de potencialidades individuales. ¡Es una gran suma! Nuestra gran riqueza reside precisamente en la diversidad de individualidades, unidas simplemente por la complicidad en unos objetivos comunes: la racionalidad y el deseo de un pueblo donde todos vivamos mejor, eso que algunos llaman el bien común. Nuestro grupo no tiene estructura de partido. Dentro de él no hay juegos de lealtades ni jerarquías, sólo existen trabajo, ganas de proponer ideas, de discutirlas y de mejorar las cosas. A decir verdad, quizá cierta dispersión de pareceres sea una de nuestras principales fortalezas, nuestra riqueza. La uniformidad, las lealtades, la fidelidad a las siglas y a los compromisos jerárquicos, la rigidez y el anquilosamiento quedan para los otros partidos.
Nos gusta estar cerca de las personas y de sus realidades, porque comprender a las personas y la realidad del día a día es la única forma de tomar las decisiones que consideramos más adecuadas, mientras traducimos inquietudes en hechos.
Estamos bien así pero seguro que tenemos mucho que aprender, mucho más que aportar y mucho por trabajar. Hemos perseguido que el sujeto de la política no sea el político o los partidos políticos, sino el ciudadano. No buscamos grandilocuencias ni inauguraciones solemnes; eso no nos va nada. De hecho nuestra bandera es «paso a paso”. Y aquí vamos…
somos diferentes
 
 

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