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Mucho nos costó digerir las palabras de Mariano Rajoy, hace un par de semanas, en las que aseguraba que el problema del partido en el gobierno es un problema de comunicación. Y nos costó, por dos motivos. Uno, porque es increíble que el reciente debacle electoral de este partido se quede en un mero ‘es que no hemos sabido contarlo’; y, dos, porque es uno de los partidos que más ha criticado la transparencia, la información y la comunicación de Vecinos por Torrelodones.
Ahora pues, cabría preguntarse si la gran victoria de Vecinos en las pasadas elecciones municipales es sólo una victoria comunicativa.
Que el partido en el gobierno tiene un grave problema de comunicación es obvio. Ruedas de prensa a través de pantallas de televisión, salir corriendo por la puerta de atrás del Congreso para no encontrarse con los medios; hacer declaraciones sin permitir a los periodistas hacer preguntas… son errores tan de libro que cuesta creer que sean verídicos. Pero ahí están las hemerotecas para demostrar que sí lo son.
Sin embargo, creemos que hay algo que se está pasando por alto en esta afirmación del líder del Partido Popular, en este caso, y de muchos otros partidos, en el caso de Torrelodones.
Que no se engañen. El descalabro electoral del PP no es sino consecuencia de los actos llevados a cabo por los integrantes del partido en el gobierno que todos conocemos y que no vamos a enumerar ahora. Seamos realistas, la gente está harta de todas las tropelías que se han cometido en nombre de una recuperación que sólo está llegando a los que viajan más a Zurich que en el metro o en el Cercanías. Así pues, aún en el supuesto de que hubieran comunicado bien ¿qué podrían haber dicho? ¿Qué transparencia hubiera sido necesaria? ¿A qué preguntas responderían? ¿Cuáles serían esas respuestas? ¿Cuáles serían las consecuencias de esa apertura informativa? ¿Seguirían en el gobierno?…

La comunicación no es una varita mágica que los seres humanos, los elegidos, tomen para convertir la realidad en el cuento de hadas que tan fácilmente se cuenta. La comunicación es una herramienta al servicio de la verdad, de la transparencia, de la información (aunque no estemos acostumbrados a ello) blog1

Desde que Vecinos por Torrelodones existe, siempre hemos apostado por todo esto. Muchos dirán que todo ha sido más fácil por contar entre nosotros con profesionales que saben de qué se habla cuando hablamos de comunicación, puede ser, pero que no han hecho más magia que la de transmitir lo que realmente se estaba haciendo: hemos transmitido hechos. Y eso es lo que los vecinos de Torrelodones han decidido aplaudir, y votar en mayoría histórica: el trabajo. Da igual con qué palabras o a través de qué herramienta lo hayamos contado.
Que gran parte de los mensajes electorales de los distintos partidos políticos que se presentaron en Torrelodones fueran “…Y no somos publicistas”, denota una falta profunda de conocimiento del valor de la comunicación además de una tirria infundada sobre estos profesionales que han visto denostado su ejercicio profesional sin saber muy bien la razón.
Este mismo blog es un claro ejemplo de lo que la comunicación puede hacer por un partido, una empresa, una institución. Nuestras redes sociales, nuestra página web, nuestras newsletters… Todas ellas son herramientas al servicio del trabajo llevado a cabo y sin el cual no habría comunicación posible que hacer.
programaAhora mismo, todo en Torrelodones comunica, y comunica hasta el punto de que se ha creado un término denominado “Efecto Torrelodones” que está contagiando a muchas poblaciones en toda España y que llama la atención hasta de la opinión pública de otros países: vecinos organizados que trabajan para su municipio sin más interés que su municipio. Y dejémonos de varitas mágicas.
En definitiva, esta comunicación no es sino el arte de transmitir de forma rápida, sencilla y accesible el cumplimiento al 100% de un programa electoral, algo impensable en esta España de “los programas están para no cumplirse”; de apostar por la transparencia hasta llegar a ser uno de los Ayuntamientos más transparentes de toda la Comunidad de Madrid; de que exista un área de atención al vecino que atiende cientos de peticiones mensuales de sus vecinos; que los concejales respondan a todas y a cada una de las preguntas que se le hacen; que se reúnan con aquellos que lo solicitan en sus propias casas sin pantallas de televisión ni filtros de por medio… Ahora, que luego y además, lo contemos bien, pues también.
Como siempre, el refranero español es muy sabio: obras son amores que no buenas razones.
 

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