Con el recuerdo todavía fresco de la jornada sobre política local que vivimos el pasado sábado con cerca de 100 personas comprometidas con en el devenir futuro de sus municipios, nos plantemos la necesidad de analizar un poco más en profundidad, además de las líneas generales de la jornada, las principales preocupaciones, claramente reflejadas en las preguntas realizadas y el debate que se llevó a cabo.
Sin duda, la gran preocupación de los ciudadanos españoles es el desmadre económico existente en los municipios, entendiendo por tal la opacidad que hay en la mayoría de los ayuntamientos de este país sobre todo en los temas referidos a presupuestos y endeudamiento. Los ciudadanos están desesperados porque desconocen la situación económica de sus consistorios.
En la mayoría de los casos que se hicieron públicos el sábado, los desmanes de numerosos ayuntamientos son sangrantes: coches de lujo, salarios desorbitados, personal a dedo, obras faraónicas, infraestructuras infrautilizadas, instalaciones abandonadas, gestión disparatada de especulación urbanística… La transparencia es y debe ser un convencimiento, una forma de actuación, una forma de ser y de estar. En muchos casos, ésta entra a formar parte del ADN de las iniciativas que están empezándose a poner en marcha en muchos puntos de nuestro país.
El segundo tema de preocupación fue el caciquismo, más visible, quizás, en localidades de menor tamaño. La única receta para luchar contra él es la información y la transparencia. Lo que peor soporta el cacique es que se pongan sus miserias a la luz, porque tiene muchos cadáveres en la puerta. Se trata de una travesía en el desierto que la haces acompañado o te puede resultar muy difícil. En cualquier caso se puede: hay que romper el clientelismo.
Otro de los temas que generó cierto debate fue si realmente la independencia solo es posible a nivel local, en términos municipales pequeños, y si se va perdiendo cuando se va ampliando el área de influencia (Comunidad, Estado…) Algunos participantes comentaron que cuánto más amplio es el espectro de actuación, más posibilidad de que los grandes poderes económicos condicionen esa independencia y, por lo tanto, que esta vaya desapareciendo. ¿Corremos, entonces, el riesgo de que la democracia se limite al ámbito municipal? Y si es así, ¿aumenta nuestra responsabilidad?
Un punto de acuerdo generalizado fue que la participación ciudadana es imprescindible para que la democracia funcione. Gobiernos colaborativos, democracias abiertas, participativas… se encuentran en el núcleo de las otras formas de hacer política. Ya no somos sujetos pasivos de la ideología política de turno sino que se conforman líneas y grupos de trabajo cuya ideología resulta más transversal y se sustenta en las reglas más fundamentales de la gestión honrada, profesional y eficiente.
También hablamos sobre los errores, porque existen y se cometen. Es muy difícil, por no decir imposible, que todo salga perfecto pero la clave es la intención con la que se hacen las cosas. Hay que ser humildes y reconocer los errores. Y el error no es solo de quien lo comete sino de todo el equipo de gobierno. En esos momentos la honestidad es muy importante. “Los políticos, además, deben ser buenas personas”.
Sobre la forma de financiar este tipo de iniciativas, Vecinos por Torrelodones es muy claro: no a las subvenciones.
Hablamos también de Ciberdemocracia, de partidos bisagra, de la necesidad de mantenerse fuertes en la esencia que ha dado origen a partidos o asociaciones, de conseguir la legitimación a través del cumplimiento de las promesas o acuerdos alcanzados, de instalaciones deportivas usables aunque no económicamente sostenibles…
El objetivo común de todos los que nos reunimos en esta jornada fue la extrema generosidad de los que se implican en un proyecto de colaboración en política y el mismo objetivo común: dejar un buen pueblo para nuestros hijos.
Como colofón, Angel Guirao, Concejal de comunicación y atención al vecino, compartió las 10 claves que, a su entender, implica esto de la política municipal. A saber:
Diez consejos si piensas entrar en política
1.- ¿Tiene sentido meterse en política?¿Prestarle el esfuerzo, la dedicación, la capacidad, el tiempo que requiere y que le robamos a nuestro trabajo, a nuestra familia, a nuestros amigos, a nosotros mismos? Sí, merece la pena. La política es la actividad de los hombres libres. Precisamente por no ejercerla es por lo que hemos llegado al estado actual.
2.- El objetivo no es ocupar el poder, es utilizarlo. El objetivo no es ser alcalde o concejal. El objetivo es un poner en práctica un proyecto de gobierno, un proyecto de ciudad.
3.- Quien diga que va a ser fácil, te engaña.O desconoce la realidad, que es mucho peor.
4.- La Administración nació para servir a los gobernantes y a sí misma, no para resolver los problemas, dudas o dificultades de los ciudadanos. De manera que os va a toca, no ya tirar del carro, tirar de los bueyes.
5.- Se encuentra más desidia que fraude. Si por algo se ha caracterizado la gestión municipal ha sido por la dejadez. Muchas veces te preguntarás: ¿pero esto es que solo me interesa a mí?
6.- Todos los problemas complejos tienen soluciones sencillas… y erróneas. No hay caminos sencillos, no hay atajos. Hay trabajo, esfuerzo, dedicación, disciplina y tiempo. O te apoya tu familia o no comiences la carrera. O tienes confianza en tus compañeros o no merece la pena.
7.- Si de verdad se quiere un gobierno para los vecinos, es obligado que sea abierto. Gobernar implica tomar decisiones y ser responsable de ellas, lo que conlleva dar la cara siempre. Y os la van a partir. Esta es la auténtica transparencia y la auténtica participación.
8.- No ser arrogantes, pero tampoco débiles. Especialmente con quienes insultan. Porque van a insultar, a difamar, a maldecir, a menospreciar, desprestigiar, calumniar, desacreditar… Víctor Hugo decía: quien insulta siempre no me ofende jamás. Y siempre van a ser los mismos.
9.- No os toméis el cargo demasiado en serio. Si cada mañana vas al ayuntamiento y no te tomas muy en serio eso de ser alcalde o concejal, es que todo va bien. El puesto no es tuyo, el despacho no es tuyo, el presupuesto no es tuyo, los bolis no son tuyos… Bueno, quizá los bolis, sí.
10.- Esto no es para toda la vida. Ni debe serlo. Esto es provisional. Hay que dedicarle un tiempo pero no abandonar el mundo real. O se tiene adonde volver o se corre el riesgo de convertirse en un político profesional en lugar de un profesional de la política.