Nos llama la atención la poca dedicación que al trabajo municipal le prestan parte de los concejales de este municipio al llegar con la manos vacías y con los deberes sin hacer a la mayoría de los plenos, votando en uno u otro sentido muchas veces sin conocer el contenido de lo que se está votando y por el único hecho de oponerse, así, porque sí, sin pensar si es bueno o no para el municipio. #mopongo
Nunca hemos querido pensar que se tratara de una falta de responsabilidad sino de una falta tangible de tiempo para afrontar las tareas encomendadas por sus votantes pero resulta que este fin de semana nos hemos sorprendido de la cantidad de tiempo que le sobra a los miembros del Partido Popular que, en lugar de trabajar por el bien común, se dedican a cotillear sobre la vida privada de los concejales de Vecinos por Torrelodones al más puro estilo Belén Esteban que tanto les gusta.
Dedicar toda una “newsletter informativa” del PP a replicar la lista e Vecinos por Torrelodones en las últimas elecciones municipales y, juntar con flechas aquellas personas que mantienen una relación, con motivo de la celebración del día de San Valentín no tiene desperdicio. ¿Deberíamos acaso reconocer que esa nueva pieza de humor ingenioso e inteligente del PP nos deja desarmados y sin capacidad de respuesta? Nos dicen que sabemos comunicar, pero debemos reconocer que nunca llegaremos a tan altas cotas de fina y sabia ironía. Reconozcámoslo, ellos sí que son unos maestros del beneficio conyugal (no hay más que asomarse a la prensa diaria para averiguarlo) y, al parecer, también son unos maestros de la crítica de alto nivel intelectual, en la que se conjuga lucidez y elegancia con la astucia y el humor más refinado.
Está claro que su altitud de miras y talante humanista les hace dejar de lado los mundanos asuntos de la política municipal para centrar su crítica en lo que verdaderamente importa al ciudadano: la vida personal de sus adversarios. Toda una lección de buenas maneras y de irreprochable proceder.
Asimismo hay que felicitar a su concienzudo equipo de investigación por tan detallada intromisión en nuestros asuntos familiares. Ya en su día, el portavoz del grupo popular nos sorprendió averiguando que el firmante de una de las cartas que se publicaron en la revista municipal era amigo del concejal de comunicación (que debe tener prohibido tener amigos que piensen como él), «escándalo» que motivó la reprobación de éste. No es de extrañar que no les quede tiempo para otros asuntos menores, como son los que atañen al municipio.
Ante la agudeza de estos sesudos políticos sólo nos quedan dos opciones: llorar o reír. Preferimos lo segundo; es más sano y productivo.
Ha llegado la hora de la ciudadanía
Hasta la semana pasada teníamos más o menos asumido lo que...