Vecinos por Torrelodones

La ejecutiva y el equipo de gobierno de Vecinos por Torrelodones suscriben lo que se escribe en este post. Los flirteos del líder popular hacia Actúa son cada vez menos disimulados, así como las escaramuzas y constantes reuniones entre ambos, que ya van siendo vox populi. La política tiene estas cosas y el hecho de que se repitan en diferentes lugares del país no deja de resultar sorprendente para los ciudadanos. Estaremos atentos.

Por desgracia, y por experiencia, estamos acostumbrados a que en política vale todo, máxime si es para alcanzar el poder. Unos porque están demasiado acostumbrados a ostentarlo y no soportan ser oposición. Otros, porque para ellos es en principio un sueño inalcanzable, a no ser que algún príncipe azul les acerque esa posibilidad y caigan seducidos ante tan irresistible tentación. Ejemplos tenemos unos cuantos en nuestro país y todo parece indicar que en Torrelodones se vislumbra que anda fraguándose uno de estos “amores imposibles”.
El portavoz del grupo popular y líder de la oposición nunca ha aceptado de buen grado esta última condición. Después de los resultados de las últimas elecciones y tras quedar fuera del gobierno, reaccionó a modo de rabieta, repitiendo hasta la saciedad que habíamos pactado previamente con los otros grupos. Ahora, pasado un tiempo, los flirteos del líder popular hacia Actúa son cada vez menos disimulados, así como las escaramuzas y constantes reuniones entre ambos, que ya van siendo vox populi. El caso es que al señor Laorden no se le ve apenas por el ayuntamiento, salvo para el lucimiento de su retórica artificiosa e incendiaria en los plenos, al tiempo que al portavoz de AcTÚa parece gustarle más reunirse con él que con nosotros. Resulta obsesivo (y muy cansado) el continuo empeño en obstruir y poner piedras en el camino, en no negociar sino imponer posturas sin querer llegar a consensos. Actúa se siente fuerte, a pesar de contar con un único concejal, porque tiene detrás a un PP ansioso por gobernar; un PP lastrado por la mala gestión de los intereses del pueblo que les ha llevado a la oposición, pero con una lista compuesta por miembros de la misma ejecutiva que permitió los desmanes por todos conocidos.
Entre tanto, el líder popular se afana en seducir a su extremo ideológico con continuos guiños hacia la izquierda, que harían sonrojar a sus jefes nacionales. Las intervenciones del señor Laorden en los plenos alcanzan un nivel de crispación inauditos y fuera de todo lugar, sobreactuando y elevando cualquier cosa por insignificante que sea a la categoría de grave asunto de estado, al tiempo que no sabe referir a nadie sin despreciar a alguien. Es su fórmula infalible de marcar cada pleno; la dosis se va inoculando con regularidad, como mandan los cánones de cualquier envenenamiento programado. El caso es que esta escenificación empieza a sonrojar hasta a sus propios correligionarios y el representante de AcTÚa comienza a votar con el PP con sospechosa asiduidad, por ejemplo, sumando su voto para no aprobar el acuerdo negociado por el equipo de gobierno para la construcción del túnel bajo la A-6.
Bien es sabido que en el reparto de papeles siempre hay quien elige el de aguafiestas, obstruccionista y pregonero del desastre, afanado en el acoso y derribo del contrario más que en aventajarle por sus propios méritos. Aquí ya se han identificado y mostrado sus credenciales. Así que andan en eso, más empeñados en destruir que en construir, esperando cargarse de razones (sus razones) y el momento oportuno para que, ante la señal del uno al otro, AcTÚa cambie su voto y le dé de nuevo el poder al PP a cambio de alguna prebenda, que quizá en este caso sí tengan ya pactada.
No nos cabe la menor duda. Pero hasta que ese momento llegue, si caen en ello, pedimos por responsabilidad, que nos dejen trabajar y aparten el chantaje permanente. Si no quieren contribuir al consenso y a la búsqueda de soluciones conjuntas y mejoras para este pueblo, que nos dejen al resto hacerlo. Torrelodones lo agradecerá.

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