Vecinos por Torrelodones

Hoy vamos a pasear por la Senda del Arroyo de Trofas. Torrelodones cuenta en la actualidad con catorce sendas acondicionadas y puestas en marcha a lo largo de los años que Vecinos por Torrelodones lleva al frente de nuestro ayuntamiento. Unos itinerarios respetuosos con el medioambiente e integrados perfectamente en la naturaleza que nos rodea. ¡Que disfrutéis del […]

ArroyoTrofas

Hoy vamos a pasear por la Senda del Arroyo de Trofas. Torrelodones cuenta en la actualidad con catorce sendas acondicionadas y puestas en marcha a lo largo de los años que Vecinos por Torrelodones lleva al frente de nuestro ayuntamiento. Unos itinerarios respetuosos con el medioambiente e integrados perfectamente en la naturaleza que nos rodea. ¡Que disfrutéis del paseo!

“Profundamente pájaro, profundamente río, profundamente cielo y árboles y árboles profundos y distintos”. Ida Vitale

Antes de comenzar ya sabes que tienes que regresar. Conoces el punto de partida y el de destino. ¡Engáñate! Pasear sin meta a la que llegar es una de las experiencias más gratificantes que tienes a tu alcance. Cierra los ojos por un instante. Hazme caso… afina el oído.

ArroyoTrofas

El pico picapinos golpea rítmicamente en el tronco del árbol que ha elegido para anidar; el mirlo alerta a sus congéneres de tu presencia; el abejaruco intenta hacerse oir entre el desaforado canto del ruiseñor… La banda musical es sólo para ti. Eres premium, gratis y sin anuncios, en el Spotify de la naturaleza. Abre los ojos. Estás en Torrelodones, en la senda del Arroyo de Trofas.
Si el Manzanares es un aprendiz de río, Trofas bien podía ser su becario. Eso sí, un riachuelo en prácticas que tras una lluviosa primavera desciende brioso atravesando los Peñascales. El camino se inicia en la Avenida de El Pardo, exactamente en el puente que permite a la carretera salvar sus aguas.

De entrada, penumbra. Un breve murete de piedra protege el curso del río durante los primeros metros, mientras el escándalo de las aves se confunde con el sonido del arroyo. Enormes fresnos de hoja estrecha y sauces filtran los rayos del sol… Entre las omnipresentes encinas, algún olmo blanco, una rareza por estos lares, te sorprenderá en el camino. En tu deambular, con un poco de fortuna, podrás avistar anfíbios, ánades e incluso, quién sabe, garzas. La estrecha senda, con pequeños desniveles, está salpicada de berrocales graníticos vestidos con musgo y líquenes y en curiosos equilibrios. A mitad del recorrido un cruce de caminos apenas perceptible. Una señal con el dibujo de un ave y la palabra senda te invita a ir por la derecha, hacia el río.

ArroyoTrofas

Un sencillo y bonito puente de madera te espera al final del descenso para que puedas sortear el Trofas. Y en la otra orilla te recibe el amarillo de las genistas, el lila y violeta de las lavándulas, las jaras en flor, rosales silvestres, tomillo…

ArroyoTrofas

Y tras ellas, el Lago de los Peñascales. Ha sido apenas kilómetro y medio de paseo, pero te parecerá increíble que este lugar exista tan cerca de Madrid. Puedes continuar bordeando el lago, el cual se encuentra abrigado por una orla de espadañas y carrizos donde habitan la ánade real y el martín. El embalse fue construído a principios de los años sesenta del siglo pasado por Gabriel Enriquez de la Orden, un empresario que, entre otros asuntos, hizo fortuna con la cría del astracán para la confección de abrigos para las mujeres pudientes de la época. Se cuenta que la mismísima Ava Gardner estuvo entre sus clientas… Pero esta es otra historia, y la del embalse, otra ruta.

 

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