Vecinos por Torrelodones

Hace escasamente mes y medio veíamos danzar a Bach en uno de los fantásticos conciertos del interrumpido IV Festival de Música Antigua de Torrelodones (FEMAT), un diálogo íntimo entre la música, la danza y la luz (o su ausencia) que nadie predecía fuera el preludio de un vacío escénico; era la última coreografía sobre las […]

Hace escasamente mes y medio veíamos danzar a Bach en uno de los fantásticos conciertos del interrumpido IV Festival de Música Antigua de Torrelodones (FEMAT), un diálogo íntimo entre la música, la danza y la luz (o su ausencia) que nadie predecía fuera el preludio de un vacío escénico; era la última coreografía sobre las tablas del Bulevar antes del inesperado apagón cultural.

Teniendo muy presente que la primera emergencia es la sanitaria y social, y que ahora es necesario centrar todas nuestras energías en los sectores que ayudan en primera línea a continuar salvando vidas y acabar con esta pandemia cuanto antes, el futuro sector de la cultura, ya de por sí frágil, es de una inseguridad estremecedora.

¿Cuándo podremos volver a llenar nuestro teatro, pensando y riendo con el villano Ricardo III, recuperando el poder seductor de los clásicos de Shakespeare sobre el escenario?

¿Tendrá el destino a bien regalar el precioso #gesto de convocarnos al próximo festival de danza en la calle? ¿Cuándo será la calle nuestra casa?

¿Cuándo encontraremos un nuevo desplegable del color de la cultura en nuestros buzones?

Abrir ventanas

 

 

Mientras nuestra Concejalía de Cultura trabaja duro para encontrar respuesta a estos interrogantes y para que la Casa de Cultura vuelva cuanto antes a ser el ágora viva de Torrelodones, podemos mitigar la incertidumbre asomándonos a las muchas ventanas que se nos abren desde nuestras casas.

Jornada de ventanas abiertas

Jornada de ventanas abiertas

En estos días extraños donde ojos y oídos se emborrachan de actualidad, qué mejor forma de abstraerse que con cultura. Más allá de la tiranía de las redes sociales que no dejan tiempo para contrastar la información que nos llega, los artistas se vuelcan en las redes, el consumo de contenidos digitales se dispara y una explosión de iniciativas nos llega desde cualquiera de nuestros dispositivos para disfrutar en casa.

Disciplinas como la música o la poesía reaccionaron muy rápido desde el principio para regalarnos, de forma altruista, esas notas y palabras que acarician y curan.

Los museos y galerías de todo el mundo nos abren sus puertas virtuales para mostrarnos sus tesoros, aunque sabemos que una pantalla nunca tendrá la fuerza expresiva de la luz tamizada de un lienzo de Sorolla.

Quizás el teatro y la danza son las que peor llevan peor el confinamiento, son rituales en el que tanto actores como espectadores necesitan estar presentes. Pero, a pesar de no maridar bien con lo virtual por su propia naturaleza, algunos teatros proponen colocar nuestros sillones de casa en su cuarta pared.

Sin embargo, son las plataformas de series y películas las que están haciendo su agosto. Si el sector audiovisual ya había visto un filón en el salón de nuestras casas, esta reclusión ha multiplicado las audiencias y nos está haciendo más dependientes que nunca del consumo en línea.

Semana del libro

 

 

Pero siempre nos queda el consuelo de la literatura, otra ventana al mundo donde podemos encontrar una dehesa del pensamiento y la riqueza del silencio que nos defiende de los ruidos que estos días nos agreden.

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Esta semana celebramos el día grande de los libros al que se suma nuestro ayuntamiento desde la Red de Bibliotecas y Zona joven, con propuestas literarias, iniciativas de lo más creativas para los pequeños de la casa y hasta recogida de libros para hospitales.

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Los libros son amigos que siempre están ahí para darte todo lo que llevan dentro, una suave brisa que se lleva todas las preocupaciones.

El escritor Ricardo Piglia decía que la lectura es el arte de construir una memoria personal a partir de experiencias ajenas; es por ello, que los libros nos conectan con la larga estirpe de la humanidad, nos enseñan lo que otros han vivido y pueden recordarnos lo que nosotros vivimos ahora.

Siempre tenemos la opción de desempolvar alguna joya de nuestra biblioteca personal para viajar lejos sin salir de casa, todos esos libros que hemos comprado de forma compulsiva y que nos esperan para ser leídos. Es un buen momento para leer (o releer) el libro más citado y menos leído, el “Quijote”, y encontrar la libertad de recorrer el mundo a través de la imaginación y el humor, y hasta convivir con la locura del confinamiento.

Herramientas esenciales para nuestra supervivencia

 

 

En estos momentos de bloqueo en el que buscamos la evasión por cualquier resquicio, la cultura, y en especial los libros, nos puede convertir en efímeros fugitivos de la realidad, enriqueciéndonos del inmenso legado de la creatividad humanaJornadasdeventanasabiertas2

Queremos cerrar con las primeras palabras de una carta abierta de Cibrán Sierra, violinista del Cuarteto Quiroga, grupo que tuvimos la suerte de disfrutar el pasado febrero en el Teatro Bulevar. Es una llamada de atención, secundada por un centenar de premios nacionales, a todas las instituciones de la cultura para volver a regenerar el sector, un sector que aboga por un gran pacto de estado para salir de esta crisis:

“Incluso en el terrible contexto de esta pandemia asesina, no podemos olvidar que la cultura, las artes y la imaginación humana no se reducen a un mero ejercicio ornamental de prescindible entretenimiento: son, y han sido siempre, herramientas esenciales para nuestra supervivencia”

 

 

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