Vecinos por Torrelodones

Madrileño de nacimiento y torresano de vocación, Gonzalo Santamaría tuvo, desde siempre, clara su vocación de maestro. Licenciado en filología inglesa y en magisterio y master en Educación Multicultural, fue profesor en Estados Unidos durante seis años y  durante 14 años en España. Padre de un chico, adora el campo, el tiempo con sus amigos, […]

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Madrileño de nacimiento y torresano de vocación, Gonzalo Santamaría tuvo, desde siempre, clara su vocación de maestro. Licenciado en filología inglesa y en magisterio y master en Educación Multicultural, fue profesor en Estados Unidos durante seis años y  durante 14 años en España. Padre de un chico, adora el campo, el tiempo con sus amigos, su perro, los libros y la música. Llegó a la política por su apuesta por las cosas hechas con cabeza y con sentido común, además de por su convencimiento de que para que la sociedad cambie hay que ponerse manos a la obra.
1. Primer teniente a la sombra de una alcaldesa ¿Cómo se lleva?
En nuestro grupo no hay sombras, sino muchas luces, por lo que nadie se siente a la sombra de nadie. Que mi jefa sea «jefa» en lugar de «jefe» es algo intrascendente: si hoy en día esto le supone a alguien un problema  es que vive en otro mundo y en otra época, o que se ha dado un golpe en la cabeza. A Elena Biurrun la conocí «en las trincheras» peleando por mejorar Torrelodones hace muchos años, y esa lucha mano a mano, junto con su capacidad de trabajo y de liderar un equipo, es lo que me llevo.
2. Concejal de seguridad y anteriormente también de educación ¿qué plaza es más dura?
Ambas lo son en el sentido de que cuando todo va bien nadie lo nota, los resultados no saltan a la vista como en otros ámbitos, pero cuando hay problemas (ya sea porque te roban en casa o por algún hecho desagradable ocurrido a tus hijos en el ámbito escolar) estos lógicamente afectan mucho a quien los sufre, y es difícil explicar al ciudadano al que «le ha tocado» que el sistema en general funciona bien, pero que el cien por cien de efectividad no existe ni en seguridad ni en educación. Quizás es más dura la de seguridad por el hecho de que entre trabajadores y voluntarios casi cien personas dependen de mí.
3. Trabajo en equipo ¿nos suena?
Mucho. Como Equipo de Gobierno es algo que hemos tenido claro desde el minuto uno y, con mayor o menor éxito, ha sido un criterio incuestionable. También el Comité Ejecutivo del partido es un órgano no solo de fiscalización de cómo gobernamos, algo muy saludable en democracia, sino de colaboración con el equipo y en el que el trabajo en común y el consenso son seña de identidad. Y el gran equipo, el que de verdad está detrás de todo y es el artífice de que en Torrelodones gobiernen vecinos independientes, lo componen los más de cien afiliados a Vecinos por Torrelodones que lo mismo aportan ideas para el programa que buzonean boletines. gon1
En el ámbito de la Seguridad está demostrado que, tanto dentro de la propia Policía Local como conjuntamente con los efectivos de Guardia Civil, el trabajo en equipo produce mejores resultados. Por eso he potenciado y facilitado la colaboración entre los dos cuerpos y la propia Guardia Civil nos ha felicitado por ser ejemplo de cooperación y trabajo conjunto. Además, al ciudadano no le importa si el que le protege va de azul o de verde: quiere sentirse seguro.
4. Imagínate: es por la mañana, hora punta de entrada en los colegios. Un padre aparca su flamante cuatro por cuatro encima de la acera en la mismísima puerta del colegio de su hijo impidiendo entrada y salida de los alumnos. ¿Qué se te pasa en esos momentos por la cabeza?
Me gustaría pensar que es otro que se ha dado un golpe en la cabeza, pero no suele ser por eso. A mis alumnos de 3º y 4º siempre les decía que cuando papá o mamá dejan el coche sobre la acera, en un paso de cebra o en doble fila, les hagan ver que eso está mal, y era sorprendente la cantidad de padres que luego me contaban cómo sus hijos fiscalizaban su comportamiento al volante y les hacían replantearse ciertas conductas. Así que en ese caso, lo que pienso es que esa persona le está haciendo daño a su hijo al darle un terrible ejemplo de incivismo, a los hijos de los demás al poner en peligro su seguridad, a todos los vecinos por estropear las aceras que pagamos con nuestros impuesto, y a él mismo porque imagino que le creará un dilema moral subir su coche en la acera a la puerta de un colegio y luego quejarse si otra persona le deja un coche en la acera a la puerta de su garaje.
5. ¿Qué es lo que más te gusta de tu concejalía?
Trabajar con colectivos como Protección Civil, Policía Local y Guardia Civil (aunque estos últimos no dependan de mí) que se nutren de personas que tienen clara su vocación de servicio a los demás en momentos delicados y situaciones de peligro. Una mención especial merecen los voluntarios de Protección Civil: gente de todas las edades (generalmente jóvenes) que dedica su tiempo a cuidar de los demás, en días festivos, por la noche, nevando o en un incendio, sin esperar nada a cambio: algo encomiable que me recuerda que mi trabajo consiste en intentar que cualquier “uniformado” tenga que intervenir lo menos posible en emergencias y lo más posible en prevención.
6. ¿Y lo que menos?
Justo lo contrario: ese escasísimo (pero existente) número de personas que visten un uniforme sin ninguna vocación y buscan cualquier excusa para hurtarle al ciudadano ese servicio que este demanda y, además, paga. Por suerte son muy, muy pocos.
7. Al final, se ha conseguido llevar adelante el proyecto de cámaras en el municipio. ¿Cómo te sientes cuando ves que la oposición niega su apoyo en Torrelodones a una propuesta que copia y se lleva a un municipio en donde gobierna?

Triste. Es lamentable que algunos hayan sido capaces de sacrificar la seguridad de sus convecinos con tal de intentar arañar unos pocos votos (estrategia que, como era de esperar, les ha hecho perderlos). La ciudadanía sabe lo que quiere y entiende que las cámaras van a contribuir a que Torrelodones sea un municipio más seguro.
8. En las fiestas eres el último en retirarse ¿responsabilidad o devoción?
En 2010, el año antes de gobernar nosotros, se desató una auténtica batalla campal durante las fiestas de la Colonia dos noches seguidas, en gran parte debido a que el criterio que se siguió respecto a desalojar el recinto ferial fue, desde el punto de vista de la seguridad, erróneo. Por eso, mi papel ha sido analizar los riesgos potenciales y hacer un trabajo de prevención y coordinación de los distintos cuerpos de seguridad y emergencias. Y algo importante: estar y observar. Lo de acostarme de madrugada todos los días de las fiestas de julio no es por ocio, sino para comprobar in situ cómo se desarrollan las fiestas y el correcto funcionamiento de la policía local.gon3
9. Si pudieras cambiar algo sin necesidad de autorizaciones, ni burocracias, ni límites… ¿qué cambiarías?
Hay cambios que tienen que empezar en la propia sociedad y poco a poco transformar las administraciones públicas. Por eso, cambiaría el currículo escolar y haría obligatoria una asignatura en la que se enseñara a entender cómo funcionan esas administraciones, cuáles son nuestras obligaciones como vecinos, qué podemos exigir a quienes nos gobiernan sabiendo con qué medios cuentan, entendiendo que la transparencia y el control a la gestión política llevan de la mano una ralentización de los procedimientos que a veces los ciudadanos no entendemos. Cuando se empiezan unas obras en el patio de un colegio en septiembre no es porque el concejal de urbanismo odie a los niños o la de educación se haya dado (y van tres ya) un golpe en la cabeza: es porque administrativamente ha habido que cumplir unos requisitos y respetar unos plazos que impiden poder hacer las cosas cuando queremos y de manera mucho más rápida.
Aunque puestos a cambiar, y ahora que los Reyes Magos se acercan y se puede soñar despierto, me encantaría que la administración pública fuera todo lo flexible, veloz, eficiente, cercana y eficaz que a todos nos gustaría manteniendo unos niveles de control y transparencia que ningún potencial corrupto pudiera saltarse.
10. Un deseo para Torrelodones
Civismo. Deseo que las personas que vivimos aquí entendamos que recoger las cacas de nuestro perro, no pegar gritos a las tres de la noche al salir de un bar, aparcar correctamente aunque eso suponga andar dos minutos (incluso en casos extremos, tres), echar la basura dentro del contenedor, llevar los restos de poda al punto limpio, no pintarrajear las paredes, y alguna que otra cosilla más, harán la vida más agradable a nuestros convecinos, y Torrelodones será un sitio aún mejor en el que vivir.

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