Vecinos por Torrelodones

Imágenes en las que Carlos Beltrán, concejal de juventud y deportes del Ayuntamiento de Torrelodones, lee un texto que explica los hechos relacionados con el atentado sufrido el pasado 27 de mayo y las consecuencias para su familia y sus vecinos.

Queremos reproducir aquí dos de los multiples mensajes de apoyo a Carlos enviados por nuestros afiliados.
«Existen personas abiertas al mundo, que no pertenecen a nadie y son de todos, que están dispuestas a correr riesgos, a dedicar tiempo, a escuchar, a renunciar a privilegios y ventajas, a bregar en mil batallas contra la adversidad a golpe de tesón y de entusiasmo, a mantener el temple y a ser generosas con el adversario y nobles en la lucha.
En Torrelodones cada vez son más los que apuestan por este tipo de personas y por un pueblo en el que sus habitantes puedan vivir en armonía y aporatando lo mejor de sí mismos sin contar con los miserables que buscan el daño a las paersonas con sus acciones y sus palabras.Pero los miserables están cada vez más solos, aunque no cabe esperar nada de ellos, ni que se den cuenta de nada, porque los miserables sólo se empeñan en demostrar que lo son.
Tenemos que seguir con más fuerza que nunca, porque para que triunfe el mal lo único necesario es que los buenos no hagan nada.
Nuestro concejal Carlos Beltrán y su familia son para nosotros todo un ejemplo»
«Como concejal del Ayuntamiento, como miembro del equipo de gobierno, como compañero de partido, como vecino y como persona quiero públicamente darte las gracias, Carlos (Carlos y Teresa, por que una cosa en quien lee y otra quien piensa y escribe) por la lección que ayer nos diste en el salón de plenos. Por tus palabras, que expresan claramente tu pensamiento, vuestro pensamiento. Es el triunfo de la civilización, expresada por Todorov en «el miedo a los bárbaros»: es civilizado el que sabe reconocer plenamente la humanidad de los otros. Y, para llegar a serlo, deben franquearse dos etapas: en la primera descubrimos que los modos de vida de los otros son diferentes de los nuestros; en la segunda aceptamos que sean portadores de la misma humanidad que nosotros.  Lo bárbaro o lo civilizado son los actos y las actitudes, no los individuos y los pueblos». Desde que te conozco, desde que os conozco, tengo más fe en la bondad de los hombres, en la posibilidad de construir un lugar mejor donde vivir, en que hacer política de otra manera es posible, en que caminar de la barbarie a la civilización es posible (y debería de ser inexorable) pese a la dificultad que entraña distanciarse de uno mismo y ser capaz de verse desde fuera. Tu eres capaz de hacerlo, vosotros sois capaces de hacerlo y mostrárnoslo cada día. Por vuestra entereza, por vuestro cariño, por vuestra forma de ser, por vuestra amistad.
Gracias»



 

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